El beneficio oculto de preocuparte por todo

En este nuevo post voy a hablar de un tema muy habitual en nuestra vida y un tema que suelo tratar con mis clientes de Coaching y en las sesiones de mi curso SelfCoaching, la preocupación.

Muchas personas parecen estar en un estado permanente de alerta, de miedo generalizado, de preocupación constante. Y la verdad es que lo entiendo porque yo también he pasado por ahí. Y tal como está el mundo y lo que últimamente nos traen los medios de desinformación masiva, se ve que es un tema que necesitamos abordar.

Así que, espero que este post te ayude a dar los primeros pasos para cambiar ese estado permanente de preocupación.

Qué es la preocupación

Empecemos por entender el significado de la palabra preocupación. Entre las muchas acepciones de esta palabra te comparto la definición que más me resuena: Dicho de algo que ha ocurrido o va a ocurrir: Producir intranquilidad, temor, angustia o inquietud.

¿Te suena todo esto?

Y es que en nuestra vida tenemos la tendencia de pre-ocuparnos y lo escribo por separado porque nos preocupamos antes de ocuparnos. Es decir, tenemos la tendencia de adelantarnos mentalmente a una situación creyendo que algo negativo sucederá. Con lo cual aparecen emociones como el miedo, la angustia, inquietud, nervios…

Y si lo analizas, es muy normal que surjan estas emociones tan incómodas si al pensar en una situación, creemos que el resultado será negativo o desfavorable. Incluso, muchas veces nos enfocamos en lo negativo sin que haya ninguna razón aparente para creer que esto resultará de esta manera.

Cómo se crea la preocupación

Empecemos por entender cómo surgen las emociones. Según el coaching estratégico las emociones se forman en base a las triadas. Es decir, 3 aspectos que influyen para que una emoción aparezca y son los siguientes:

  • Enfoque: A dónde llevas tu atención, en qué te enfocas.
  • Significado o lenguaje: Las palabras que utilizas para describir la situación y el significado que le das a esa situación.
  • Fisiología: Cómo está tu cuerpo, tu posición, tu postura.

Para entenderlo mejor te invito a que pienses en una situación que te preocupe ahora mismo.

Enfoque:

  • En qué te enfocas: ¿en el pasado, en el presente o en el futuro?
  • ¿Dónde pones tu atención? ¿En ti o en los demás?
  • ¿Prestas atención a lo que puede salir bien o mal?
  • ¿Te enfocas en lo que ya tienes o, por el contrario, en lo que te falta?
  • ¿Llevas tu energía al miedo o al amor?

Significado:

  • ¿Qué preguntas te haces sobre la situación?
  • ¿Qué significa para ti lo que estás pensando / imaginando?
  • ¿Qué palabras utilizas para referirte a lo que ocurre?

Fisiología:

  • Ahora presta atención a cómo está tu respiración y las sensaciones corporales.
  • Revisa tu postura, tus gestos.

Ahora que has visto cómo surge la emoción de preocupación, eres más consciente de todo lo que ocurre cuando surge esta emoción. Y este ya es un gran paso.

Tipos de preocupación: sana y excesiva

Existen dos tipos de preocupación, la preocupación sana y la preocupación excesiva.

Y es que como toda emoción la preocupación tiene una intención positiva.

Estos son algunos de sus beneficios:

  • Estar alerta te permite ser una persona proactiva, te invita a actuar.
  • Te ayuda a adelantarte a posibles problemas.

Sin embargo, una preocupación excesiva tiene consecuencias negativas sobre todo si este estado permanece a lo largo de mucho tiempo.

  • Puede producir parálisis: bloqueo, no tomar acción.
  • Puede llevarte a esconderte o huir.
  • O también lleva a una desconfianza generalizada, miedo, inseguridad, inquietud, nervios, alerta constante… Llegando a temas aún más dañinos como estrés crónico, ansiedad o ataques de pánico.
  • E incluso puede llevarte a enfermedades psicosomáticas, pues aquellas emociones tóxicas que mantenemos por mucho tiempo en el cuerpo sin darles salida ni encontrar solución, acaban siendo somatizadas por nuestro cuerpo.

Un poco de preocupación podría considerarse positivo, pero siempre manteniendo el equilibrio porque el exceso de preocupación tiene consecuencias muy negativas y dañinas para nuestra salud, como hemos visto.

Por qué estamos enganchados a la preocupación

Hace años leí un libro muy interesante llamado «The big leap» donde el autor describía cómo la mayoría estados negativos a los que nos enganchamos (sea la crítica, el autojuicio, la culpa o la preocupación constante) en realidad sirven para no dar el gran salto en nuestra vida para poder crecer, desarrollarnos, autorrealizarnos o simplemente ser felices.

Al leer aquel libro me daba cuenta de que mi estado favorito era la preocupación. Ese no permitirme estar simplemente bien, descansar… Incluso cuando me iban bien las cosas, mi mente empezaba a rebuscar: ¿dónde está el truco?, ¿qué va a pasar ahora? O esa famosa frase de: «demasiado bonito para ser verdad».

Y es que durante miles y miles de años hemos vivido en entornos realmente peligrosos donde podía comernos un depredador, no teníamos casas cómodas con agua caliente y calefacción, teníamos que protegernos para no congelarnos o luchar para no morir de hambre. De ahí que a nuestro cerebro primitivo le resulte tan raro que todo vaya bien.

Y si en tu vida has pasado por peligros reales, sean tuyos o de seres queridos, ya ni te cuento. Tu cerebro buscará desesperadamente situaciones negativas a las que engancharse y decirte: no va a salir bien, seguro que en breve se acaba lo bueno, se darán cuenta de que no soy capaz, de que no soy buena, de que no lo sé hacer bien, de que soy un fraude.

Por eso es tan importante descubrir qué te mantiene casi adicto a pensamientos negativos recurrentes, por qué los buscas en noticias, en conversaciones con los demás… por qué al fin y al cabo no crees en ti o no confías en que las cosas saldrán bien.

Mi talón de Aquiles ha sido siempre éste: creer que yo no lo lograría, que en algún momento la gente me daría la espalda, que fracasaría en mi negocio.

Y cuando nacieron mis hijas, el miedo al futuro, a la escasez, a quedarnos sin sustento se activó con gran fuerza en mí. Recuerdo estar cambiándoles los pañales a mis hijas y en ese preciso instante aparecía una y otra vez un pensamiento absurdo: ¿y si no tienes dinero para los pañales?, ¿y su tus hijas no tienen para comer?

Afortunadamente fui consciente de esta activación que ni siquiera era mía (pues muchos de nuestros miedos profundos son heredados de nuestros antepasados que pasaron verdaderas penurias, guerras y hambre) y pude trabajarla, de tal forma que pasadas unas semanas, borré por completo ese pensamiento sin sentido.

¿Pero qué pasa cuando no eres capaz de borrar esos pensamientos? ¿Cuando te preocupas por tus hijos, por tu futuro, por los peligros del mundo real, por tu trabajo, por tus relaciones con amistades y sobre todo con tu familia más cercana? Más adelante te cuento cómo puedes lograrlo tú también. Pero primero hagamos un sencillo ejercicio.

Ejercicio para descubrir el beneficio oculto de la preocupación

Como me gusta ir siempre a lo práctico para poder brindarte no sólo entendimiento, voy a proponerte algo.

Mi propuesta es que elijas una situación que te preocupe, puede ser la situación que elegiste anteriormente o una nueva. En este ejercicio vamos a sentir físicamente la preocupación en el cuerpo.

Si quieres, puedes cerrar los ojos para estar más concentrada.

Empieza por sentir la emoción. Conecta con esa sensación.

Deja que esa sensación incómoda se expanda por tu cuerpo.

Ahora que has conectado con la preocupación, vamos a descubrir el mensaje que esta emoción trae para ti y pregúntate.

  • ¿Qué pensamiento, idea, proyecto positivo no me deja vivir esta preocupación?
  • ¿Qué me está tratando de bloquear?

Y es que la preocupación a menudo surge en momentos de crecimiento en tu vida, así que permítete observar qué no te deja saborear la preocupación excesiva…

Tómate el tiempo que necesites para realizar este ejercicio. Es un ejercicio muy valioso que nos puede traer mensajes y aprendizajes muy interesantes.

Luego te invito a que tomes nota de los aprendizajes.

¿Cómo te sientes ahora?

Simplemente cuando nos permitimos entender, podemos ver las cosas de otra manera y la emoción empieza a bajar de intensidad. Y, además, cuando la emoción es menos intensa, podemos pensar con mayor claridad y se nos ocurren soluciones que antes no veíamos.

Descubriendo creencias disfuncionales detrás de tu preocupación

Te voy a poner un ejemplo personal. Hace años yo tenía un mantra bastante inútil: «tengo que estar preocupada». Este mantra absurdo lo usaba en momentos de disfrute con mis amigos, cuando salía de fiesta o me encontraba muy bien.

Recuerdo ir en coche con mi hermana pequeña, riéndonos, comentando lo bien que lo habíamos pasado en la discoteca, cuando de repente, me quedaba bloqueada y le decía a mi hermana:

–No debo reírme, tengo que estar preocupada.

–¿Por qué? –me preguntaba mi hermana sorprendida por mi comentario.

–Porque si me preocupo, entonces todo estará bien en casa –le respondía yo.

–¡Pero si no tiene ningún sentido!

–Ya –le respondía yo–, tienes razón, pero así me siento más segura.

Y es que detrás del tema de la preocupación puedes encontrarte no sólo situaciones de crecimiento (como era el caso mío de disfrute, pues pasarlo bien estaba mal visto en mi casa), sino también creencias totalmente disfuncionales que mantienen tu estado de alerta.

Y eso no es todo… Lo más curioso y lo más terrible con respecto al tema de la preocupación es que vivimos en un mundo donde los medios de comunicación, las redes sociales y nuestros teléfonos «inteligentes» hacen que la información negativa (sea verdadera o falsa) se expanda como la pólvora en cuestión de segundos.

Nunca antes en la historia de la humanidad hemos estado expuestos a tantas fuentes de información las 24 horas del día. Incluso personas como yo que no veo TV ni leo noticias, me entero de historias, bulos, noticias terribles de enfermedades, muertes, guerras, etc. Y el fin del sistema en el que vivimos ahora es éste: mantenerte alerta, mantenerte enganchado al miedo y a la adrenalina.

En el fondo, estamos intoxicados de tanta información. Y el miedo es la emoción más fuerte, la que nuestro cerebro no puede ignorar por definición.

Pero lo más interesante es que nuestro cerebro es un músculo y lo es también nuestra adicción a estar alerta. Es decir, si le damos de comer preocupación todos los días, nos pedirá más y más de lo mismo, pues la preocupación es un estado bioquímico, igual que cualquier otra emoción en nuestro cuerpo. Cuanto más acostumbrados estemos a conectar con esa emoción, tanto más la vamos a buscar, pues necesitamos nuestra dosis de adrenalina y cortisol diaria.

Esa es la razón por la que frases como «Deja de pensar en esto», «No le des importancia a estas cosas», «Aún no sabes si sucederá o no, no pienses en ello» no ayudan.

Pues en una adicción da igual el contenido, lo que importa es el cóctel bioquímico que necesitamos inyectarnos cada día, como si de una droga se tratara.

Conclusión y una invitación para ti

Si eres de las personas enganchadas al miedo o la preocupación, si te cuesta dejar de lado pensamientos recurrentes negativos, sean sobre ti, sobre la vida en general o el futuro, entonces tengo una propuesta para ti que puede interesarte.

En el taller online llamado «¡Adiós, Preocupación!» trabajamos con el miedo, estados de alerta contínua y preocupación adictiva no desde cambio de creencias simplemente, sino desde el cambio profundo, a nivel bioquímico y con nuestro Niño Interno.

En el taller “¡Adiós, Preocupación”:

  • Descubrirás la verdadera causa de tu miedo y que no se ve a simple vista, pues se oculta detrás de muchas creencias conscientes e inconscientes.
  • Pondrás en marcha una estrategia realista y efectiva para trabajar con estados emocionales ansiosos.
  • Conocerás las trampas del Ego y sabrás cómo liberarte de ellas SIN trabajar a nivel de pensamientos. Aprenderás de una vez por todas cómo funciona el mecanismo del miedo por dentro, a nivel de cerebro, desde el punto de vista puramente bioquímico. Y, además, lo haremos desde el humor, para quitarle el patrón de seriedad al asunto.
  • Te llevarás tu propio esquema para lidiar con la preocupación en tu vida diaria. Podrás poner en práctica los ejercicios propuestos en el taller el mismo día, después de verlo.
  • Te enseñaré una herramienta curiosa y divertida llamada Método Instagram (que nada tiene que ver con esta red social) para descubrir el sinsentido de estar preocupados o con miedo ante estímulos externos o internos. Así, con la práctica diaria de este método que no lleva ni 10 segundos de aplicación, irás rompiendo los patrones automáticos que te mantienen alerta de forma adictiva.
  • Aprenderás numerosas técnicas, algunas milenarias y muy profundas, junto con potentes visualizaciones terapéuticas para trabajar con el miedo y estados ansiosos.
  • Y sí, también trabajaremos con nuestro Niño Interior, pues los miedos más recurrentes parten de nuestra más tierna infancia. Iremos al pasado para reprogramar tu miedo raíz a través de la Línea del Tiempo.

Un taller de gran valor de 5 horas de duración.

En este taller te propondré ejercicios y visualizaciones nuevas que no he compartido hasta ahora en mis otras formaciones como SelfCoaching o la Formación de Coaching de vida. Y te sirve tanto a título personal como para trabajar con tus clientes, si ya te dedicas al desarrollo personal.

Este taller está grabado y tienes acceso de por vida al taller y a todas las visualizaciones y técnicas que realizamos en él.

Si deseas apuntarte a este taller práctico para vencer la preocupación, aquí tienes toda la información detallada. Además, el precio es muy asequible: https://mariamikhailova.com/taller-adios-preocupacion

Y para terminar este artículo me gustaría preguntarte: ¿cómo te llevas con la preocupación en tu día a día? ¿Te preocupas mucho? O, por el contrario, ¿has logrado cambios positivos en este aspecto? ¿Hay alguna herramienta que utilizas para vencer la preocupación? Me encantará leerte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Responsable » Arisel Digital SL
Finalidad » gestionar los comentarios.
Legitimación » tu consentimiento.
Destinatarios » los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de Raiola Networks (proveedor de hosting de mariamikhailova.com) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Raiola Networks.
Derechos » podrás ejercer tus derechos, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.