Método Drapkin. Cómo sanar a tus hijos mientras duermen

El método Drapkin, también conocido como terapia de amor materno, es una técnica desarrollada por el psiquiatra infantil Boris Drapkin. Se basa en algo muy sencillo y poderoso: que la madre hable a su hijo dormido con frases positivas y llenas de amor, con la intención de reforzar su salud emocional y física.
Lejos de ser algo mágico, este método se apoya en la ciencia del subconsciente: cuando los niños están dormidos, sus defensas mentales bajan, y la voz de la madre —que reconocen desde el vientre— se convierte en un canal directo hacia lo más profundo de su ser.
Esto hace que cada palabra sea recibida como una semilla de amor, confianza y seguridad, capaz de transformar emociones y comportamientos desde dentro.
Yo misma aplico este método con mis hijas desde hace años: cuando se ponen malitas, tienen algún problema en la piel o cuando pasan por momentos emocionalmente intensos.
Por qué hablarle a los niños dormidos puede sanar
Todos los que somos padres sabemos que hablarle a un niño en medio de una rabieta o un momento intenso de dolor físico suele ser poco efectivo. El niño no está disponible para escuchar o razonar porque sus emociones lo desbordan.
Pero cuando duerme, su mente consciente se apaga y queda abierta la puerta del subconsciente, que es donde residen las creencias profundas, los miedos heredados y la programación emocional.
Es aquí donde el método Drapkin actúa: la madre transmite mensajes de amor incondicional, confianza y salud que llegan directamente al lugar donde se gestan los síntomas psicosomáticos.
Qué son los problemas psicosomáticos en niños
La psicosomática es la manifestación de emociones en el cuerpo. Los niños, al no tener todavía recursos para expresar o comprender lo que sienten, traducen sus conflictos internos en síntomas físicos.
Ejemplos típicos:
- Dolores de tripa sin causa médica aparente → puede ser síntoma de ansiedad, miedo a la separación o tensiones familiares.
 - Dolores de cabeza frecuentes → cargas emocionales o exigencias excesivas.
 - Asma o problemas respiratorios → miedo a no poder respirar libremente en el ambiente familiar.
 - Enuresis nocturna (hacerse pis en la cama) → inseguridad o necesidad de atención.
 - Tartamudez o tics nerviosos → tensión interna o conflictos emocionales no resueltos.
 
Los niños dicen con su cuerpo lo que aún no saben expresar con palabras.
Cómo funciona el método Drapkin
El procedimiento es sencillo:
- Esperar 20–30 minutos después de que el niño se haya dormido.
 - Sentarse junto a él, acariciar suavemente su cabeza o manita.
 - Conectar primero con el amor, y luego empezar a repetir frases positivas, primero mentalmente y después en voz baja.
 - Seguir una estructura básica:
- Amor incondicional: “Te quiero siempre. Eres mi alegría y mi tesoro.”
 - Salud física: “Tu cuerpo es fuerte, sano y lleno de energía.”
 - Equilibrio emocional: “Eres tranquilo, confiado y encuentras soluciones con facilidad.”
 - Vitaminas de amor materno: “Te envuelvo en mi amor. Todo lo que no necesitas se disuelve y desaparece.”
 
 - Repetir cada noche, durante semanas o meses, hasta notar cambios en el niño.
 
Ejemplos prácticos en síntomas concretos
Dolores de tripa cuando toca ir al colegio:
“Estás a salvo. La escuela es un lugar donde aprendes y creces feliz.”
“Tu tripita está tranquila y relajada, porque sabes que siempre estás protegido.”
Tartamudez:
“Tus palabras fluyen con calma y confianza.”
“Hablar es fácil y alegre para ti, y cada día lo disfrutas más.”
Asma:
“Respiras libremente, tu pecho está abierto y ligero.”
“Cada respiración te llena de energía y tranquilidad.”
El diario de progreso
Un elemento importante del método es el diario. La madre anota cada día pequeñas mejoras: cambios en el humor, el sueño, la manera de relacionarse o en los síntomas físicos. El objetivo no es fijarse en el pasado, sino en el presente, observando cómo la conexión amorosa trae frutos poco a poco.
Muchas madres describen que, incluso más allá de los síntomas, lo que cambia es la relación: se sienten más conectadas, menos irritadas, más capaces de aceptar al niño como es. Y el niño, al sentirse profundamente aceptado, responde con calma y apertura.
La relación del Transgeneracional y el Método Drapkin
En nuestra reciente sesión extra de los talleres de enfoque transgeneracional vimos cómo muchos síntomas físicos actuales tienen raíces profundas en la historia familiar. El niño no solo expresa su propio malestar, sino también memorias del clan: exclusiones, miedos no resueltos o traumas de los abuelos.
El método Drapkin se vuelve aún más poderoso porque la madre actúa como canal de reparación transgeneracional. Al pronunciar frases de amor, no solo calma al niño, sino que envía un mensaje sanador hacia atrás en el árbol familiar.
Otros mensajes que puede transmitir en ese momento de sueño a sus hijos es compartir que lo que su hijo siente a causa de un síntoma no es en realidad algo suyo, sino de la madre, padre, antepasados, etc. Si la madre trabaja activamente este tema en sí misma (por ejemplo, a través de los talleres transgeneracionales como Patrones Heredados o Proyecto Sentido), sabrá de dónde vienen determinados problemas no resueltos en su clan. Así, si ve que el niño repite esos patrones, le podrá contar la historia tal como la identifica en su propio trabajo terapéutico, indicándole al niño que es algo de ella, de los ancestros, y que no le pertenece.
Incluso si la madre aún no sabe cómo abordar ese problema transgeneracional detectado, puede decirle a su hijo: es un tema mío que yo misma iré trabajando, no te toca a ti resolverlo, pero gracias por mostrármelo con tu síntoma de salud o emocional.
Un ejemplo de ello sería por ejemplo que la madre tiene la herida de abandono desde la infancia, pero su hijo nunca ha sido abandonado, sino todo lo contrario. Al detectar en su hijo un miedo inconsciente a la separación, puede aplicar este método, diciendo al niño cuando se haya dormido que se trata de una herida suya y no la del pequeño, que la está trabajando y que el niño está a salvo, siempre está protegido y no tiene por qué preocuparse.
Hasta qué edad funciona
El método está especialmente recomendado hasta los 7–9 años, cuando el niño vive en gran medida en su mundo emocional y subconsciente. Sin embargo, incluso en la adolescencia puede tener efecto si el vínculo madre-hijo está abierto.
Principalmente, hablamos de que los niños hasta los 7 años aproximadamente están muy influenciados por el campo emocional y energético de su madre y su padre. Aunque la influencia de la madre es siempre mayor, ya que les ha llevado 9 meses en su vientre y en muchos casos es la que les amamanta y pasa más tiempo con ellos.
La importancia de la voz de mamá
Desde el embarazo, el niño reconoce la voz materna. Es su primera conexión con el mundo exterior. Cuando la madre habla con amor, incluso en sueños, el niño revive esa sensación intrauterina de protección y seguridad.
Esto explica por qué frases tan sencillas pueden tener un impacto tan profundo.
Conclusión
El método Drapkin es una herramienta sencilla, gratuita y transformadora. No sustituye la terapia médica o psicológica, cuando sea necesaria, pero puede complementar perfectamente cualquier proceso de sanación.
Cada palabra que le decimos a un niño deja huella. Y cuando esas palabras son semillas de amor, salud y confianza, el niño crece más fuerte, seguro y feliz.
Finalidad » gestionar los comentarios.
Legitimación » tu consentimiento.
Destinatarios » los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de Raiola Networks (proveedor de hosting de mariamikhailova.com) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Raiola Networks.
Derechos » podrás ejercer tus derechos, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.