Aumenta tu autoestima en 5 pasos

Claves del artículo:

¿Te has dado cuenta de que casi siempre los cambios más radicales en nuestra vida son consecuencia de algo importante o incluso grave que nos ha pasado? Un accidente, una enfermedad… emigrar a otro país, tener un hijo, etc. Todos tenemos algo que cambiar en nuestras vidas, ahora mismo mientras me lees, seguramente pienses en ese algo que sabes que debes cambiar y por alguna razón u otra no te atreves: encuentras excusas (no es el momento, no tengo tiempo), lo postergas, te da miedo, te da pereza… o simplemente no tienes ni idea de cómo afrontarlo.

Por eso, hoy quiero hablaros un poco más de la autoestima, desde el punto de vista práctico. Pues creo que gran parte de nuestros problemas emocionales, desórdenes psíquicos de cualquier tipo, nuestras frustraciones, adicciones… todo parte de esa autoestima baja.

La cuestión es cómo podemos aumentarla. Si la autoestima es confianza en uno mismo, seguridad de que encajo, respeto por lo que hago, amor propio proporcionado, relaciones sanas con las demás personas, capacidad de superar obstáculos y de fijar objetivos… se trataría lógicamente de potenciar todas esas áreas o aquellas en las que nos sentimos más flojos.

 

Si quieres, puedes. Todo es cuestión de decidir que mereces ser feliz y ponerte a elloEnvía tweet

 

Lo primero como siempre es detectar dónde fallo. ¿Dónde noto más mi falta de autoestima? Está claro que no somos los mismos en todos los ambientes en los que nos desenvolvemos: podemos ser unos estupendos amigos y compañeros, pero nuestra relación de pareja puede resultar difícil de sobrellevar. O podemos ser unos jefes estupendos, pero unos padres que no saben cómo lidiar con sus hijos.

Aumenta tu autoestima en 5 pasos:

1) Qué area de la autoestima debo potenciar

(o qué áreas, pues puede tratarse de varias, aunque es más sencillo ir poco a poco, centrándonos en una cosa a la vez):
familia (diferenciar en qué ámbito familiar tengo problemas de autoestima: relaciones difíciles con los padres, hermanos, hijos, suegros, pareja…)
amigos (si tengo pocos amigos o me cuesta conservarlos, debe ser por alguna razón que no veo en la superficie; o puede que se trate de un amigo o amiga específica con el que deseo mejorar mi relación)
trabajo (relaciones con compañeros difíciles, o con los jefes o ambas)
alimentación y salud (malos hábitos, sobrepeso, algún tipo de intolerancia alimenticia o alergia, enfermedades psicosomáticas)
estado físico (potenciar algunos deportes, apuntarse a yoga, ser constante, etc.)
¿Cómo descubro dónde está mi problema? En realidad no es sencillo y puede que necesitemos algún apoyo externo en este aspecto. Pero si somos lo suficientemente observadores y sinceros con nosotros mismos, podemos detectarlo.

Ejemplo. Soy una persona que se mueve a la perfección en ámbitos seguros y cercanos: me llevo bien con mi familia y pareja, con mis amigos soy abierto, hablo de todo, les apoyo. Pero en el mundo laboral siento que no encajo: apenas tengo relación con compañeros del trabajo, mi jefe me ve como a alguien callado y tímido; nunca expreso mi opinión en público ni aporto nada nuevo a mi trabajo. En este caso salta a la vista que aquel área de mi vida con la que estoy a disgusto está fallando por alguna razón.

2) Cuestiónalo todo

Elegido el aspecto que deseo potenciar o mejorar, voy a indagar más en ello. Aquí lo importante es ser sincero con uno mismo. Y ponernos a cuestionar lo que estamos haciendo que no nos gusta.
– ¿Qué es lo que no me gusta de lo que hago? – Estado actual
– ¿Cómo me gustaría que fuera esta situación? – Estado deseado
– ¿Qué ejemplos tengo a mi alrededor de personas que hacen eso tan bien que se me da mal a mí o me cuesta? – Imitación
– ¿Qué recursos me faltarían para poder imitar a esas personas y llegar al estado deseado? – Recursos propios
– ¿Qué cambios/beneficios se producirán en mi vida si cambio mi actitud? – Recompensa
– ¿A qué estaré renunciando cuando cambie mi actitud? – Beneficio secundario

3) Beneficio secundario

Este punto es crucial, pues no conseguiremos cambiar si no aclaramos cuál es el beneficio secundario que obtenemos de una actitud poco sana (fumar puede calmar mi ansiedad, ser tímido me permite esconderme o mostrarme vulnerable). Siempre hay un problema latente: miedo al ridículo, creerme inferior a los demás, no gustarme; calmar la ansiedad fumando: un acto de reconocimiento propio, de recompensa que otros no me proporcionan, no me bastan mis recursos naturales para gestionar mi estrés o nervios, busco algo externo (tabaco, alcohol, comida… cualquier adicción) que me ayude a calmarme de forma artificial.

4) Elaboramos un plan escrito

propósitos, acciones concretas que puedo tomar para solucionarlo. Si eres tímido: saludar a un desconocido al día, ir aumentando el número poco a poco; grabar un vídeo y subirlo a tu facebook. Si eres fumador: ir reduciendo el número de cigarrillos al día, hacer días libres de humo, realizar otras actividades sanas como deporte…

5) Gestión emocional

Para afrontar el beneficio secundario, para subsanarlo, es necesario aprender a gestionar las emociones: aprender a comprender por qué actúo como actúo, de dónde parten mis inseguridades o miedos. Aprender sobre todo que es nuestro derecho equivocarnos, que necesitamos el fracaso para aprender. Puede que en este caso necesitemos la ayuda de alguien que pueda vernos desde fuera, escucharnos: un amigo en quien confiamos, un profesional de la psicología o coaching… dependiendo de la gravedad del problema en sí.

La autoestima la hemos ido forjando casi sin darnos cuenta desde el momento en que hemos nacido, no siempre ha dependido de nosotros, especialmente en los primeros años de vida, pero eso no quiere decir que no podamos ir desarrollándola poco a poco, centrándonos en problemas concretos de nuestro ser, dando esos pequeños pasos. Se trata de un tema complejo y vital, como siempre insisto. Pero es la base de nuestro ser, nuestros sueños, habilidades, éxitos y fracasos.

La voluntad es el primer ingrediente que vamos a necesitar para que se produzca un cambio en nuestras vidas. Si quieres, puedes. Todo es cuestión de decidir que mereces ser feliz y ponerte a ello.

Mereces ser feliz. ¿A qué esperas?

Como muchos sabréis, durante este mes de agosto me encargo de la sección de Psicología en el programa de Gestiona Radio, Pulso de Verano. Os animo a todos a seguirme de lunes a viernes a partir de las 20:00 de la tarde en 108.0 FM si estáis en Madrid, aunque para otras provincias de España encontraréis otros diales en la web de la emisora; y también podéis escucharme a través de internet, sobre todo si estáis fuera de España.

2 comentarios

  1. Hola María: como siempre te agradezco tu información, ha sido muy valiosa para mí y para mi experiencia de vida. Acabo de hacer conciencia en el beneficio secundario y ahora necesito perdonarme a través de la voluntad.

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